Una investigación se encuentra investigando el impacto de la iluminación en la percepción del sabor
Es cada vez más común que los restaurants cuiden hasta el mínimo detalle. Muebles, música, color de las paredes, todo cuenta a fin de que la experiencia gastronómica sea completa.
La predisposición y elección de todos y cada uno de los elementos externos que son parte del escenario donde comemos puede tener una repercusión mayor de lo que de entrada podríamos meditar. Por esta razón, estudiosos de las Universidades de Málaga (UMA), Zaragoza y Salamanca se han unido en una investigación que ha probado que la intensidad de la iluminación de una habitación puede afectar a la percepción de los comestibles.
“Está claro que todos y cada uno de los sentidos están interrelacionados, múltiples experiencias han probado que si escuchamos sonidos agudos el alimento nos semeja más dulce y con los bajos más amarga, ¿por qué razón no iba a pasar lo mismo con la luz?”, comenta Rafael Guzmán Sepúlveda, del departamento de Expresión Gráfica, Diseño y Proyectos de la Escuela de Ingenierías Industriales de la Universidad de Málaga. Él ha sido el responsable de diseñar la luminaria (fuente de luz) con la que se ha llevado a cabo el análisis.
“Los especialistas de la Universidad de Zaragoza se pusieron en contacto conmigo pues conocían la lámpara que había desarrollado para trabajar en la Gruta de Nerja y precisaban algo similar”, explica Guzmán. Aparte del maestro de la UMA, en el proyecto han participado Rubén Rebollar, Iván Lidón y también Ignacio Gil de la Universidad de Zaragoza , así como Javier Martín de la Universidad de Salamanca. “La cooperación entre instituciones y diferentes disciplinas es esencial para acrecentar el conocimiento científico”, asevera el estudioso.
La fuente de iluminación creada consta de 3 tiras de led que se regulan de forma independiente y adoptan diferentes peculiaridades, como temperaturas de color y también intensidades, llegando a lograr las nueve mil seiscientos combinaciones. Merced a esta tecnología se pudo efectuar el estudio sobre la repercusión de la iluminación en la percepción del sabor del yogurth en el que han intervenido sesenta y nueve voluntarios (cincuenta y ocho por ciento de ellos mujeres) con una edad media de veintisiete con cinco años.
Al principio del ensayo, los sujetos fueron informados de que iban a participar en la elección de un producto de una marca comercial y para esto debían escoger entre 2 recetas. Tras la explicación, empezó la experiencia que se dividía en 2 fases. En la primera los voluntarios probaron quince gramos de yogur en la cabina que se diseñó para el experimento con un nivel de iluminancia inicial. Después se les hizo entrar a otra sala a fin de que eligieran una etiqueta para la venta del comestible. Esta prueba no tenía interés para el estudio, sencillamente se efectuó con el propósito de mudar los factores de la luminaria y que el partícipe olvidase del sabor de lo que había comido. Más tarde volvían al habitáculo donde se hallaban con exactamente la misma cantidad del mismo youghourt, mas con un nivel de iluminancia más alto. El setenta y ocho por ciento de los encuestados, percibieron un sabor más dulce en la segunda etapa del proceso, a pesares que era exactamente el mismo iogur que en la primera fase. De ellos treinta y cinco eran mujeres y diecinueve hombres.
Del mismo modo, se estudiaron otras medidas como la calidad, la naturalidad y si era saludable. “A veces, asociamos los sabores dulces con productos procesados, con lo que puede mudar la pretensión de consumir un comestible o bien otro”, incide el maestro, a lo que añade: “Esperamos que este sea el paso inicial en una línea de investigación en la que podamos estudiar los diferentes factores de la luz y su repercusión en la percepción de los sabores”.