Una fábrica en desuso se convierte en un lugar de lectura gracias a su moderno diseño e iluminación

Monterrey, la tercera ciudad más grande de México, es conocida por sus hermosas montañas y su zona industrial.

En el corazón de la ciudad, el Parque Fundidora, se erige un ejemplar único de la arqueología industrial (que antes era una enorme acería y fundición establecida en 1900). El parque es el hogar de grandes jardines, museos, centros de convenciones, auditorios, parques temáticos y centros culturales como Conarte (Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León).

Conarte se acercó a Anagrama con la misión de crear un espacio que fomente el amor por la lectura y el aprendizaje de los niños. La biblioteca infantil y un centro cultural iba a ser dentro de un edificio de almacén-como, un sitio del patrimonio intangible del estado. 

El resultado es una plataforma de lectura asimétrica de usos múltiples destinado a simular la topografía montañosa de Monterrey. Los estantes no sólo se utilizan como almacenamiento, pero sirven como un espacio dinámico para jugar y aprender, para disparar la imaginación y proporcionar comodidad al leer. La estética colorida y geométrica de la instalación contrasta directamente con la antigüedad del edificio industrial, elevando ambos elementos de una manera alegre y única. La iluminación no deja oscuros y permite comodamente la lectura con soluciones lumínincas para cada espacio, desde luminarias que caen desde muy alto y lámparas que iluminan por debajo.