Resultado del reciclado de un edificio en el corazón de Rosario

El reciclado de una edificación sobre una cochera en uso se incorporó al Barrio Pichincha, una de las zonas en pleno desarrollo de Rosario, Santa Fe

El reciclado de una edificación sobre una cochera en uso se incorporó al Barrio Pichincha, una de las zonas en pleno desarrollo de Rosario, Santa Fe. Las construcciones de la región cuentan con la ventaja de una ubicación geográfica estratégica que suma una importante rentabilidad.

El Plan Urbanístico que se ejecuta en Pichincha postula la preservación del patrimonio urbanístico a la vez que busca mantener a las construcciones del barrio dentro de un límite de altura. Estas restricciones resultan una dificultad en los proyectos de nuevas viviendas, con lo cual impacta en el valor de los alquileres y las construcciones. Sin embargo, la zona experimentó fuertes cambios por la apertura de varios restaurantes y clubes nocturnos que dan por resultado un paisaje heterogéneo.

Bajo estas premisas es que la antigua construcción abandonada sobre una cochera que se mantiene activa adquiere un valor inmobiliario interesante. Fue necesario reciclar la estructura, a la vez que los lineamientos del Plan Urbanístico debían ser cumplidos. Pichincha encara hacia un futuro de cambios y modificaciones en sus construcciones, por lo que se optó por dar una imagen no tan definida, con la flexibilidad suficiente para utilizar de la mejor manera la construcción anterior.

Se agregó un entrepiso totalmente nuevo y un recubrimiento de metal en la superficie que respeta los nuevos lineamientos del barrio. Dado que el edificio anterior contaba con 8,66 mts. x 25 mts.,  cuya profundidad estaba dividida en cinco bloques estructurados por vigas que permitieron desarrollar el edificio sin soportes como columnas. Se liberó el módulo del centro para dar lugar a un patio que funciona como pulmón de la construcción, brindando luz y aire a la vez que cumple con la función de ordenar las unidades.

La restauración y el reciclado de la unidad quedó consolidada en dos departamentos por piso, cuya distribución particular permite que sean habilitadas tanto como oficinas como para departamentos monoambientes. La ubicación de los sanitarios es lo suficientemente flexible como para lograr una división de un monoambiente o de un dos ambientes mediante la aplicación de un tabique divisor.

La plasticidad del edificio está presente también en la fachada, que consiste en un diseño similar a una caja con distintos desplazamientos sobre la superficie. Dado que cada sentido es distinto, se lograron efectos únicos con el exterior en cada una de las unidades.

La simplicidad en los materiales fue uno de los puntos fuertes en el diseño: vidrio, hormigón y chapa plegada, que aparecen generalmente crudos en el exterior del frente y en los espacios compartidos. De esta manera se logra una forma dialogada entre los materiales, generando efectos de luz y espacio en cada sector del edificio.