¿Cuán duradero es el LED?

Una empresa de diseño y de elaboración artesanal de artículos de iluminación pone en cuestión si la duración del LED resulta acorde a lo que sus proveedores promocionan.

Una empresa de diseño y de elaboración artesanal de artículos de iluminación pone en cuestión si la duración del LED resulta acorde a lo que sus proveedores promocionan.

Las luces LED han sido un furor los últimos años gracias a las diversas ventajas que presentan en comparación con las lámparas tradicionales. Consumen menos que las lámparas de bajo consumo, y además se presume que tienen mayor duración. Pero ¿cómo saber si las 50.000 horas de rendimiento son realmente ciertas? ¿Qué medidas debe tomar el consumidor para confiarse de estos datos?

Sin embargo, para sorpresa de los usuarios, el secreto del LED no está en la bombilla. Sólo los aparatos eléctricos que estén adecuadamente fabricados para el uso específico de LED pueden lograr hacer rendir al máximo su duración, de lo contrario la vida útil de este tipo de lámparas resulta mucho más breve.

Dado que las luces LED no funcionan de la misma manera la las bombillas incandescentes, su rendimiento no es equiparable. Mientras que las incandescentes funcionan de manera estable hasta interrumpir su luz, la luz de LED experimenta una disminución del flujo lumínico. Esto significa que la luz que irradia va decayendo de acuerdo con su uso, con lo cual se estima que el final de la vida útil llega cuando alcanza sólo un 70% de luminosidad. Existen otros factores que afectan la durabilidad del LED:

1-Temperatura de la junta
Si esta temperatura alcanza niveles muy elevados, lo más probable que la duración del LED no sea óptima. Para mantener una temperatura estable y baja, es necesaria una gestión térmica de los circuitos y de la lámpara que permitan regular la temperatura del LED y que desvíen eficazmente el calor del núcleo del LED.

2-Tipo de corriente de funcionamiento
El segundo factor en cuestión es la alimentación del LED, que si llega a superar los 350mA genera un aumento de la luminosidad a costo de la vida útil. En otras palabras, si la corriente de alimentación que se aplica a la lámpara es alta, la durabilidad disminuye. Vinculado a esto, cabe agregar que los colores también se desgastan con el uso del LED, aunque no es perceptible al ojo humano. Sin embargo, si la corriente superior resulta de uso continuo, las modificaciones de colores se hacen más prominentes y se distribuyen de manera heterogénea. Así, el color lumínico no resulta sólido.

Los cálculos de la empresa a cargo del experimento concluyeron que si el aparato donde se emplea el LED es de óptimo funcionamiento, su durabilidad puede extenderse entre cinco y siete años bajo un uso diario. En cambio, con un uso de cuatro horas diarias se puede extender a treinta y cuatro años de durabilidad.